Espectáculos

La columna de Luis Ventura: el regreso de Mirtha Legrand

@LuisVenturaSoy

La ingeniería que encierra la vuelta de Mirtha Legrand a la pantalla de la televisión argentina, y la transmisión de sus comidas con invitados no es algo simple. Más bien, todo lo contrario porque hablamos de una complejidad de la que no tomamos conciencia pero que existe, existe; y es palpable y decisiva.

Porque estamos hablando de una estrella glamorosa de 94 años de edad. ¡Récord mundial de programas! Que dejó de hacerlo once meses atrás por comprensibles razones sanitarias y eligió quedarse en su casa para preservarse de los riesgos y acechos que implicaba transitar una temible pandemia, con cientos de miles de contagiados y millares de muertos.

En el medio debió despedirse de su difunta hermana “Goldie”, o si preferís, Silvia Legrand, a quien ni siquiera pudo darle un beso en el último adiós. Una persona que la aconsejaba, una mujer que guardaba todos sus secretos y, sobre todo, le brindaba la otra mirada de los temas más relevantes, y que ya no está.

Mirtha vio el despliegue de su nieta Juana Viale como conductora de su programa

También tuvo que ver desde su casa la performance de su nieta Juana Viale que ocupaba su lugar en su mesa televisada, y aunque tuvo todas las precauciones técnicas dadas por el hecho de ser programas grabados, editados y emprolijados, ella veía cada envío, los analizaba y luego aconsejaba y corregía lo que consideraba fuera de lugar.

Luis Ventura: “Esta vuelta además tiene que ver con un momento político que vive el país, en un año en el que Mirtha no se quiere quedar afuera y lo pretende jugar desde su lugar definitivamente opositor, al que ella maneja mejor que nadie”.

Pero hoy, Chiquita Legrand aceptó volver a sus comidas, ya sean almuerzos o cenas, y para eso exigía una escenografía monumental para despedirse de sus programas en el aire y en una última temporada como ya lo hizo en tantos otros años de televisión.

Pero también convengamos que este regreso de la Reina Madre además tiene que ver con un momento político que vive el país, en un año también politizado en el que Mirtha no se quiere quedar afuera y lo pretende jugar desde su lugar definitivamente opositor, al que ella maneja mejor que nadie, con aciertos y desaciertos, pero siempre adentro de la cancha.

En el próximo otoño la señora de los almuerzos volverá con todas las luces que El Trece pueda sumarle a ese estudio de Mirtha, también con una nieta Juanita que seguirá ligada a la misma pantalla y atenta a alguna ausencia forzada de la Chiqui, que más que nunca hundirá su bisturí televisivo para ir a fondo con sus invitados y con las preguntas más filosas. Y te guste o no te guste está bien que esto ocurra en una sociedad de libertades y hábitos democráticos en el que también deben expresarse los pares y los impares, para que el pluralismo de ideas sea una realidad. Te lo digo yo.

Por L.V.

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