@LuisVenturaSoy
Esas celebridades y sus favorecidos entornos maquillaron, falsearon y enmascararon sus realidades para satisfacer a la idealización de las sociedades de turno en cuanto a sus preferidos.
Pero una cosa es la puesta en escena, el muñeco perfeccionado y el pulido del personaje, y otra muy distinta las realidades de la verdaderas historias. En el medio de los reinados, cualquier lunar o filtración de alguna versión incisiva son desmentidas automáticamente con descalificaciones para los periodistas o medios que osen manejar datos que atenten contras los astros entronados.
Así nos vendieron años de los Maradona como si fueran la Familia Ingalls, lo mismo que los Caniggia, los Mitre, Mauricio Macri y Carlos Menem, entre otros; y a la hora de aflorar detalles de su intimidad nos dimos cuenta que son todos de carne y hueso, con las mismas alegrías y miserias que el resto de los mortales.
Es cuando empezamos a sentirnos más terrenales y tan vulnerables como esos famosos que parecen inalcanzables. Como Pampita, Nicole Neumann, Marcelo Tinelli, Mirtha Legrand, Susana Giménez, Moria Casán y Nacha Guevara, por nombrar solo a algunas. Pero las filtraciones, surgimientos de situaciones personales y familiares retoman acción y cuando en las vidas de estos personajes aparecen el factor salud y enfermedades, o de muerte tras una agonía con internaciones, todo se dispara.
Es ahí donde aparecen las verdades de las relaciones humanas. Donde los padres no son tan amados por sus hijos, o sus hijos con todas las facturas y cuentas pendientes empiezan a verse en redes sociales y medios de comunicación, quejándose por aquí y por allá. Como si fuese un confesionario de “Gran hermano”.
Es cuando empiezan a aflorar los profesionales de los asesoramientos. Es cuando opinan los abogados buenos y los malos, los médicos que debaten y polemizan en todos los programas, los empleados que ponderan y reclaman con relación a los tratos recibidos. También los testigos, los culpables y no faltarán los inocentes…
Por eso, cuando se abren las puertas y las ventanas de un gran ídolo, entra la luz, y cuando las penumbras y oscuridades se ven iluminados, afloran las verdaderas verdades. Te lo digo yo.
