@perez_daro
Un extenso camino que se complicó de a poco, con desafíos, nuevos y malos aires, pero que dejó una huella de aprendizaje bien marcada. De la última camada de galancitos hasta conductor radial, panelista, actor de comedia y director teatral, entre tantos roles que cumple actualmente.
Diego Ramos, uno de los artistas más versátiles y con más evolución dentro del espectáculo, cuenta en exclusiva a DiarioShow.com cómo fue su camino y cómo se siente hoy, en una actualidad en la que entiende que hay puertas que deberá seguir golpeando y otras que lamenta que alguien se la haya abierto sin pedirle permiso.
Todas las mañanas la voz de Diego le da la bienvenida al día en La Uno 103.1, donde conduce “Todo Incluido” junto a Carla Czudnwosky de 6 a 10 (ver recuadro).
“Yo no me puedo quejar, siempre tengo trabajo por suerte. Lo que pasa es que hoy en día es una cosa más rara y una sorpresa, digamos. Más para agradecer que en situaciones normales”, comienza diciendo en un espacio que nos dedica, entre tanto trabajo. Es que además del programa radial, es parte de “TV Nostra” junto a Jorge Rial, y de “Sex” en teatro los viernes y sábados. Más tarde explicará que a pesar de tener espacio entre todos los proyectos, también aprovecha el tiempo muerto para entrenar, por lo que no tiene tiempo ni para algún pasatiempo.
-¿Existe el descanso en tu vida?
-Existe el descanso a la noche. Yo soy muy metódico, y trato de dormir la siesta pero no me sale, no me gusta dormir de día. Duermo a la noche, trato de dormir temprano y me levanto muy temprano, pero descanso, no soy una persona que tenga que dormir 8 horas.
Ese parece ser el secreto del éxito, mucha concentración, mucho trabajo y un reposo justo y necesario. Pero al hablar de metodismo, Ramos comienza a hablar de cómo llegó a este momento a través de sus propias inquietudes: “Hace mucho que quería dirigir en teatro, y en tele quería conducir. Me empecé a alejar de la actuación, aunque no es que vaya a dejar la actuación ni mucho menos, pero me interesaba la comunicación desde otro lugar, y en el teatro lo mismo”.
Se comenzó a ver su “pasta” para otros rubros cuando, como invitado, entrevistado o panelista en distintos programas, de repente surgió la oportunidad de ser conductor. “Fui viendo y tratando de aprender para que cuando llegara el momento estar con las armas necesarias para hacerlo, no quería lanzarme de una porque vos tenés que probarte también”, detalla.
Lo cierto es que más allá de su esfuerzo y talento, aunque parezca una tiranía, es la gente la que determina si quiere seguir viendo a alguien en la pantalla chica, porque tiene literalmente un control para bajar el pulgar a lo que ve. Como el Indio Solari, el actor no quiere hacerse cargo de su popularidad aunque, tanto en redes como en el medio en general, es considerado como uno de los personajes más queridos.
“No sé si soy re-querido, sé que no soy odiado, debe haber gente que no me banca, pero también trabajo hace muchos años, desde muy jovencito, eso hace que seas parte de la familia. He hecho distintos personajes que fueron queribles, entonces también se mezcla un poco entre lo que soy y lo que actúo”, analiza humildemente.
“Le puedo caer mal a alguna persona pero no voy a generar algo muy negativo, a lo sumo dirán ‘qué bol…”.
Pero al mismo tiempo rescata que una de sus cualidades es la autenticidad: “Siempre fui el mismo, en las notas, cuando me invitaban a hacer cosas, eso nunca falla. Le puedo caer mal a alguna persona pero no voy a generar algo muy negativo, a lo sumo dirán ‘qué bol…”.
-¿El cuidado de tu cuerpo es una inversión?
-Yo entreno de lunes a sábados, y como muy bien. Hace muchos años que entreno y que me alimento bien. Pero hace 10 años no había Instagram entonces no me veías sin remera como hoy. Empecé a entrenar por una situación más superficial, que me quería ver sin flotadores. Comiendo bien y entrenando me di cuenta que me sentía muy bien y decidí seguir con ese estilo de vida, entonces es una mezcla entre salud y la forma en que me gusta verme bien a mí, pero no tiene que ver con mi trabajo, aunque en “Sex” sí puedo explotarlo.
-¿Ese estilo de vida tiene que ver con tu carrera?
-No conscientemente, no es que siento que por ser así pasa tal cosa. Yo siempre fui un embole, hasta cuando no trabajaba mucho, nunca me gustó la noche, nunca me drogué ni tomé alcohol. En el caso de las drogas nunca tomé ni me llamó la atención, ni un porro.Y tampoco tacho a alguien que lo haga. El alcohol tampoco, no me gusta ni el sabor. Lo único que hacía era fumar tabaco durante muchos años. Por suerte la radio no me cuesta, llego a las 6 y pico y no me cuesta nada.
Hace unas semanas, el conductor fue invitado a “Pampita Online”, donde la modelo le hizo algunas preguntas personales y se tocó el tema de la paternidad. Muchos medios se hicieron eco de una frase suya, que decía que le gustaría adoptar un hijo, pero en realidad Diego necesita aclarar las cosas: “Yo dije otra cosa. Dije que llegado el momento, o si tuviera la necesidad de ser padre, el método que elegiría sería la adopción, pero se entendió otra cosa. No lo estoy buscando ahora ni sé si lo haré en el futuro, simplemente fue un supuesto”.
Pero el tema genera debate también por los límites de la privacidad y al mismo tiempo las etapas de la vida en las que todos “deberían” cumplir con diferentes mandatos sociales. Al respecto, reflexiona: “Lo del hijo te lo preguntan por la edad, entonces cada vez que alguien en una nota dice ‘quiero ser papá’ digo ‘uh la pu… madre, me van a venir a preguntar a mí ahora’, sé que la voy a ligar. Cuando tenés cierta edad te dicen a qué edad vas a tener un hijo porque tenés la edad para hacerlo, por qué no lo sos… lo entiendo, pero es extenuante”.
“Dije que llegado el momento, o si tuviera la necesidad de ser padre, el método que elegiría sería la adopción, pero se entendió otra cosa. No lo estoy buscando ahora ni sé si lo haré en el futuro”
Finalmente explica que por mucho tiempo nunca debió dar explicaciones sobre su intimidad, pero en 2020 todo cambió. “Hace casi 30 años que estoy en esto y nunca hablé de mi vida. Yo tengo que hablar de mi vida porque el año pasado fui a un programa (“PH”)en el que me hicieron hablar de mi vida. No puedo volver atrás. Por eso mismo no quise hablar de mi”, dice muy serio.
Luego exclama que en otro momento hubiese terminado la entrevista por no querer hablar de nada relacionado a su privacidad, pero que ahora “como lo hice una vez, ya cagué. Abrí una puerta que no puedo volver a cerrar. Y no tiene que ver con esconderse, o no vivir la vida que yo quiero vivir o que yo viví siempre. Tiene que ver con una elección de que quiero que el laburo hable por mí, y no mi vida. O qué no muestro, o a quién amo. Entiendo que eso ya se abrió, y no la abrí yo, me la abrieron a patadas y no me queda otra que hablar”.
Una voz amiga en la radio
En “Todo incluido”, de lunes a viernes de 6 a 10 en La Uno, Diego conduce, junto a Carla Czudnowsky, un magazine con invitados, columnas y secciones. Sobre este desafío, explica: “El nombre del programa es ‘Todo Incluido’ porque de verdad incluye todo; literal y metafóricamente. Mis ganas de hacer radio, mi amor por la radio, mi amor como oyente, mis ganas de acompañar a la gente al levantarse. Es muy importante, creo, cómo nos hablan, cómo y con quién nos despertamos. Y me gustaría ser esa persona con la que la gente se despierta”.
Y concluye sobre su amor por el medio: “La radio tiene esa situación de familia, de pertenencia, de amistad que se genera. Y estoy muy feliz de que esto sea en La Uno, porque es una radio que a mi me acompañó, no digo desde mi adolescencia, porque ya era más grande, pero sí desde hace muchos años hasta acá”.
Aquel galán
Diego comenzó a actuar desde muy joven, y sus primeros pasos en la tevé fueron como galán de telenovela. Específicamente, su papel en “Ricos y famosos”, como pareja protagónica junto a Natalia Oreiro, le dio gran popularidad.
En ese entonces era un gran trabajo, pero después tal masividad fue problemática: “Yo agarré el último coletazo de las novelas en las que el galán no era necesariamente buen actor o no se necesitaba de eso. Después cambió, en la novela el protagonista empezó a hacer un actor más, y un buen actor. Ni siquiera se apoyaba tanto en lo físico, por eso empecé a buscar otras cosas, porque me aburría, en el teatro siempre podía desafiarme, pero en tele no, siempre pedían más o menos lo mismo”.
-¿Hay que convencer a la gente?
-No sé si es tanto la gente, sino el que te contrata o las producciones, porque la gente se acostumbra a verte en otras cosas, a mí me costó muchísimo cambiarme a la comedia. Digo cambiarme porque ya no sé si voy a pasarme a otro tipo de género. Me costó que me eligieran para hacer comedia, yo me fui a vivir cinco años a Colombia y cuando volví ahí empecé a hacer algo de comedia y lo busqué mucho. Un personaje que no era tan de comedia que me daban yo le daba la vuelta para que lo fuera.
-¿Cuál fue el punto de inflexión?
-En “Los Pells” y en “Patito feo”, que en principio mis personajes no iban a ser tan disparatados. En Patito iba a hacer una participación de 15 capítulos y me quedé un montón porque iba a hacer como un galán latinoamericano, yo me planté en el cliché de ese tipo de galán y empezamos a divertirnos con eso. En Los Pells también, era un gay que iba a ser malo, y lo tenían escondido para que no saltara una tramoya en un canal de televisión y a mi se me ocurrió que sea una loca tremenda.
-¿Ser lindo traba el prejuicio ante la comedia?
-Todos los actores tenemos ciertos tipos físicos o ciertas formas que en algunos casos podemos ir cambiando, pero no podemos cambiar todo, todo el tiempo. Sé que no doy reo, pero ¿qué pasaría conmigo en unos capítulos de ‘El marginal’? Otro tipo de personaje, jugando a otra cosa.
Por D.P