El exparticipante de Gran Hermano 2022 se sinceró y contó algunos detalles sobre su vida íntima que nunca antes había revelado.
Marcos Ginocchio. Foto: captura Telefe.
Marcos Ginocchio, el exparticipante de Gran Hermano 2022, conmovió a todos durante su participación en el reality tras contar que vivió una infancia complicada. Más allá de que sus compañeros le preguntaron los motivos, él decidió nunca hablar de eso, solo había contado que fue algo de gran magnitud.
Sin embargo, este sábado, fue invitado al programa “PH, Podemos Hablar” y habló sobre el tema. Luego de un ida y vuelta con Julieta Poggio, quien también estaba invitada al ciclo, Marcos se abrió y habló de todo, hasta de la primera cita fallida con su expareja.
Por su parte, el conductor Andy Kusnetzoff explicó: “Pasen al punto de encuentro los que sintieron que no podían solos y buscaron ayuda“. El Primo dio un paso adelante y cuando le tocó hablar reveló: “Me pasó un par de veces, cuando era chiquito, es muy largo, pero resumidamente, no daba más, me pasaron un par de cosas y no encontraba de donde agarrarme”.
Marcos luchó contra la ansiedad y la depresión. Foto: captura Telefe.
“¿No dabas más de qué?”, repreguntó el Andy. “Fueron varios problemas de salud que tenía, que me traían mucha ansiedad, mucha depresión. Me costaba muchísimo salir. Trataba y trataba, pasaba el tiempo, creía que iba a pasar, mejorar, pero no le vía mucho sentido”, explicó el exparticipante de GH.
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“Le pedí a Dios que me acompañara”
“La depresión, la ansiedad, el estrés me generaban mucha tensión. Me decían que no podía seguir así porque me habían dado unos resultados, tipo unos anticuerpos antinucleares, que era que las mismas células del cuerpo se estaban atacando así mismas. Era algo físico y emocional, iba de la mano”, agregó el joven, conmovido por la situación.
Marcos Ginocchio, el ganador de Gran Hermano 2022. Foto: Instagram @marcosginocchio.
“Me dijeron que no podía seguir así porque había bajado mucho de peso, no tenía energías, me costaba hacer todo… y me acuerdo que una noche, llorando, le pedí a Dios que me acompañara. Ayudame, lo que tenga que ser, pero acompañame, no puedo seguir así un día más. Llorando me dormí, y al día siguiente fue como que sentí la presencia de Dios y todo empezó a mejorar”, finalizó, y aclaró que cuando era pequeño tenía todo, pero no podía ser feliz completamente, hasta que comenzó a darle valor a las cosas y todo comenzó a cambiar.
