@Rfilighera
Su amplia trayectoria en la actuación hace de Daniel Fanego un agudo y riguroso analista, también, de toda la problemática política y social de los tiempos que nos toca vivir. En charla con DiarioShow, el actor se refirió a la pandemia y su incidencia en todos los órdenes de la sociedad, fundamentalmente en la industria del espectáculo.
Acerca de su cotidianeidad, asegura que “tengo todo bastante organizado, soy un privilegiado, tengo mi casa, en un barrio, los espacios son abiertos, las veredas anchas, mucho verde, muchos pájaros, comparto con mi mujer un lindo patio con plantas. Todo eso y la certeza de que por ahora no hay otra salida más que cuidarnos y quedarnos en casa hacen más llevadera tanta incertidumbre”.
Por supuesto es inevitable hablar de la situación laboral de su rubro, sobre lo que expresa: “Ya estaba complicada; el desorden del Incaa hizo posible que pasáramos de filmar un centenar de películas por año a no filmar o sólo en las financiadas por grandes productoras. La venta de entradas también fue cayendo desde el 2016. La falta de aliento a la cultura en general fue política de la gestión macrista. El Ministerio de Cultura fue reducido a secretaria, como lo hizo con Salud. Nuestra obra social, la OSA, está quebrada porque la gente sigue necesitando médicos, tratamientos, remedios y la falta de trabajo en estos últimos cuatro años la ha ido desfinanciando. Hoy sobrevive gracias a las donaciones y las cuotas de quienes pueden pagarla. De modo que la situación general nos afecta y mucho”.
Con estos antecedentes, en el actual panorama dominado por el coronavirus, Fanego entiende que “queda en claro que un Estado sin inversión en salud, educación, vivienda y trabajo no es viable para el mundo futuro y presente que enfrentamos. Creo que esta epidemia y las anteriores y las que, según dicen, pueden venir, hacen pensar en un presente y un futuro donde la acción del Estado será vital para la contención social, así como también para definir políticas ambientales para un bienestar sustentable en el tiempo”.
El supuesto dilema entre salud y economía para el actor se reduce a que “hay una tendencia política que viene fuertemente ligada a la derecha conservadora y neoliberal que pretende condicionar y presionar al gobierno de Alberto Fernández. No hay economía posible con una sociedad cuyos cuerpos están enfermos. La salud está por delante de cualquier otra cosa. Como bien dijo en su momento el Presidente, la economía se recupera más temprano que tarde, una vida no”.