@RFilighera
Hoy David Lebón celebra un nuevo cumpleaños en medio de una etapa, profesional y privada, particularmente emotiva. Acaba de arrasar con los premios Gardel, logrando también la estatuilla de oro; continúa en la realización de recitales vía streaming, y trabaja en la conformación de varios proyectos. Al lado de su esposa Patricia Oviedo, también su jefa de prensa, el músico, autor y cantante experimentará, seguramente, una jornada inolvidable, para recordar.
La trayectoria artística de David ha pasado por diferentes capítulos y en todos ellos el manto sagrado del talento estuvo siempre vinculado al esfuerzo y a la posibilidad de experimentar.
Durante su infancia, David vivió en la ciudad de Ituzaingó, acompañado de sus padres y tres hermanas. Con algunos inconvenientes de salud, puntualmente, aquejado de asma, a los 8 años fue trasladado por su familia hacia Estados Unidos con el objetivo de conseguir un tratamiento acorde para esa afección. Precisamente, esos años van a encontrar al pequeño David en plena apoteosis de la fama y la locura por los Beatles.
La vocación ya estaba instalada y la música iba a ser su carta de presentación ante cualquier circunstancia de la vida. Si bien, por ser menor de edad, no se le permitía, sobre todo en horario nocturno, estar en los boliches rockeros, esto no fue dificultad para integrarse a varios conjuntos. Entonces formó parte de pequeños grupos como The Alley Cat (donde tocaba la guitarra) y The Lords of London (como baterista).
La vuelta al terruño
Y se produce, después, el retorno al querido hogar, en los finales de la década del sesenta. También será una etapa ascendente para los principios del rock en la Argentina. A todo esto, David era habitué del local La Manzana, regenteado por otra figura consular en este género: Billy Bond. Y así, como pasan los días, en ese devenir de recitales y personajes noctámbulos de nuestra ciudad, Lebón conoció a Pappo, quien lo va a incorporar como bajista en la primera formación del legendario grupo Pappo’s Blues. Esta primera formación registró un disco homónimo en 1971 que generó un notorio éxito. A todo esto, y bajo el seudónimo de “Davies”, Lebón participó como guitarrista -con el baterista Black Amaya– de la grabación del primer disco de Billy Bond y La Pesada del Rock and Roll.
La vocación lo seduce, cada vez más, con la alternativa de indagar una y otra vez en los diferentes caminos del mundo rockero que, vale la pena señalar, estaba en pleno ascenso. Dicha circunstancia lo llevó a acompañar al cantante Carlos Bisso, y posteriormente partió a España, donde se volvió a encontrar con Pappo, con quien formó un fugaz grupo del que también participó Ciro Fogliatta.
Entonces, a fines de 1971 fue baterista de Color Humano, grupo liderado por Edelmiro Molinari y, precisamente, junto a esta alineación grabó el álbum debut con seis temas para el sello Microfón, del que participaron numerosos invitados. Y otra etapa, particularmente decisiva también, se va a dar cita luego.
En 1972 Lebón dejó la agrupación y su puesto fue ocupado por Oscar Moro. Ese mismo año, David integró Pescado Rabioso, grupo que, como se recordará, fue fundado por otra leyenda del rock: Luis Alberto Spinetta, después de la muy brillante experiencia con Almendra. Esta banda, entonces, estaba compuesta por Spinetta en guitarra y voz; Carlos Cutaia en teclados; Amaya en batería y Lebón en el bajo. En 1973 la banda registró un disco doble; sin embargo, diversos inconvenientes de producción e internos derivaron en la separación del grupo.
También en 1973, David Lebón grabó su primer álbum en calidad de intérprete solista (“David Lebón”) que contenía toda la fuerza arrolladora del rock. “32 macetas” -un tema que volvería a grabar años después-, “Dos edificios dorados” y “Hombres de mala sangre” son algunos de los temas que se destacan de este disco compuesto a dúo con Liliana Lagardé. En esa misma época, David tocaba la guitarra en Sui Generis y los teclados en el grupo sinfónico Espíritu.
Y la carrera va en pleno ascenso, en consecuencia, con paso seguro y firme. Entonces David formó su propio conjunto, en 1974 (Lila) y a su vez participó en la segunda grabación de “La Biblia”, el legendario disco de Vox Dei, aunque ese año regresó a Pappo’s Blues.
En el último tramo de 1975 creó Polifemo, una banda de rock puro, con Juan Rodríguez (batería) y Rinaldo Rafanelli (bajo eléctrico), ambos provenientes de las huestes de Sui Generis. Sin embargo, en 1976, la presentación de su disco “Polifemo” recibió comentarios duros de parte de la crítica especializada de ese entonces.
Nueva etapa
Más allá de esas críticas, David nunca bajó los brazos, empezó a crecer como músico y apostó a una etapa de permanente búsqueda. Junto a Rodríguez y varios colegas invitados (Pino Marrone, Aníbal Kerpel, entre otros), David Lebón formó Seleste. Sin embargo, esta agrupación que, a priori, presentaba perfiles con grandes atractivos musicales, se va a interrumpir de forma abrupta. El motivo: David se unió en Brasil a Charly García en el proyecto Serú Girán, precisamente uno de los capítulos más importantes en la historia del rock argentino.
Entre 1978 y 1982 integró, entonces, Serú Girán junto a Charly García, Pedro Aznar y Oscar Moro, un verdadero seleccionado, en cuanto a visión renovadora y gran ejecución. En el citado grupo, David fue distinguido como mejor guitarrista durante cinco años consecutivos. Puntualmente, en el tema “Bicicleta” (1980) la labor de David adquirió perfiles de superlativo brillo como compositor y vocalista.
Solista
La carrera de David Lebón va a exponer, en definitiva, territorios de inspiración que lo van a ungir como uno de nuestros músicos más importantes de todas las épocas. Y así transcurre la vida y la carrera. En 1980 David lanzó su segundo disco como solista: “Nayla”. Este álbum, que tuvo muchas postergaciones debido al accidente de su hija, iba a ser en principio un disco doble, pero ninguna compañía se lo aceptaba. “Ni siquiera Yes graba discos dobles”, le llegaron a decir. Debido a ello, no le quedó otra opción que seleccionar los mejores temas -algunos nuevos, otros de su antigua agrupación Seleste- y grabarlos con Aznar, Moro, Rinaldo Rafanelli y Diego Rapoport.
Precisamente, ya separado de Serú Girán, su producción como solista fue incrementándose, con una seguidilla de discos. Estos son: “El tiempo es veloz” (1982), donde se rescatan el tema homónimo y “No confíes en tu suerte”; “Siempre estaré” (1983) -con temas exitosos como “El rock de los chicos malos” y “Quiero regalarte mi amor”-; “Desnuque” (1984), un homenaje al rock nativo en el que se van a destacar composiciones como “Qué te pasa Argentina”, “32 macetas” y “Hacelo hoy conmigo”; “Y si de algo sirve” (1985) y “7 x 7” (1986).
La sociedad y esa amistad con Charly se va a extender en diferentes etapas de su trayectoria. En 1987 colaboró con Charly en su disco “Parte de la religión”, oportunidad en que grabó unos solos de guitarra, decididamente notables. Ya en 1989 va a definir su trabajo denominado “Contactos”.
Reencuentro y final
A finales de 1992 se produce el reencuentro de Serú Girán. Editaron un disco en estudio y dos en vivo. Realizaron una exitosa gira por diferentes puntos del país, llegando, de esta manera, la despedida final. En 1995 David, luego de dos años de ostracismo, retornó a los escenarios, primero con un homenaje a Carlos Gardel, y luego, acompañado por Daniel Castro (bajo) y Daniel Colombres (batería), realizó presentaciones en las que hizo efectiva una recorrida por su extensa trayectoria. Precisamente, ese año se radicó en Mendoza y grabó el disco “Mágico” junto a Vadalá, Fontana, Morelli y Arrom. Este disco, si bien nunca salió a la venta, circuló en ediciones piratas. Cabe señalar que muchos temas fueron interpretados en inglés, ya que Lebón compuso la mayoría de sus temas en ese idioma, y luego las trasladó al castellano.
Otra enorme etapa
Y la trayectoria va a ir deparando sorpresas, nuevas búsquedas y posibilidades de instalarse musicalmente como en sus mejores etapas. En 1999, David se presentó en el Teatro Coliseo y repasó los temas fundamentales de su carrera, acompañado por una joven banda, y la participación de integrantes de Divididos, La Mississippi, Los Ratones Paranoicos y Los Caballeros de la Quema, más una sección de bronces (instrumentos de viento). Luego, en 2002, David editó “Yo lo soñé” y siguió en esta línea de producción ya que en el 2007 grabó un álbum en vivo con su ex compañero Pedro Aznar (consistente en dos CD), y dos años después va a darle forma a “Déjà vu”, otra atractiva e impactante creación, mientras que en 2016 va a editar “Encuentro supremo”, otra placa de particular éxito.