@perez_daro
Mucho más allá de las tantísimas versiones de “Seminare” y de un legado que podría ser tan sólo eso, una herencia dentro del acervo cultural argentino, “el Ruso” sigue apostando a la música y no lo hace desde el piso más alto de un edificio, sino desde el llano en el que se encuentran sus colegas más jóvenes, los que llevan adelante la bandera del rock y los de otras yerbas.
En la ceremonia virtual de los Gardel cantó el clásico de Almendra “Ana no duerme” junto a Conociendo Rusia y Lisandro Aristimuño, dos artistas de la nueva escuela que toman al guitarrista como gran influencia. En la misma versión los acompañó Wos, el rapero más popular de la Argentina que tiene todo para triunfar.
Tal es así que, con él, David compartió cantidad de nominaciones en los mencionados premios y hasta hubo una especie de competencia tácita por saber quién se llevaba el de oro. Finalmente, el Ruso se alzó con el premio más importante, el rapero fue el artista revelación, y todos contentos.
David no quiso producir su multipremiado álbum y le encomendó la tarea a Gabriel Pedernera, baterista de Eruca Sativa. Gabi, Lula Bertoldi y Brenda Martin, quienes completan dicha banda, son grandes amigos de David desde que, por casualidad se encontraran en un estudio cordobés en 2010, cuando Eruca grababa su segundo álbum y pusiera su voz y solo de guitarra en una de las canciones.
En una entrevista para Rolling Stone, le dio consejos a Marilina Bertoldi, ganadora del Gardel de Oro en 2019. El trapero Ca7riel usó una porción de “La grasa de las capitales” para la intro de su tema “Terrible Kiko”. Cantó con Lali Espósito una versión de “Nos veremos otra vez” y en “Lebón & Co” hizo dúos con Julieta Venegas y con Coti Sorokin, y cantó en varias ocasiones con Nahuel Pennisi y Rocco Posca.
Como puede notarse, las colaboraciones y amistades de Lebón tienen tanto que ver con la idolatría que tienen las nuevas generaciones con él, pero es mucho más claro que el cantautor decidió acercarse a la nueva música, compartir, y ser parte de ella. Es valioso no por histórico, sino por actual, por vivir en sintonía con el presente.