Espectáculos

Enrique Pinti: “Es imposible nuestra vida sin la grieta”

@RFilighera

Siempre en el análisis, con su filosa mirada, utilizando el escalpelo sin anestesia. De esta manera, Enrique Pinti volvió a escrutar la realidad nacional e internacional ante DiarioShow.com, sin eludir tema alguno.

Y se arrancó la charla con las nuevas restricciones por la pandemia: “Es bastante confuso, pero yo creo que cada una de las regiones del país debe hacerlo de acuerdo a su realidad. Hay lugares que tienen más casos y otras, en cambio, menos. Además, todo lo que concierne al verano es bastante complicado. Todavía hay un grupo de gente que puede irse de vacaciones y el argentino, por sobre todo, porque esta circunstancia no sucede en todo el mundo, las utiliza para salir de noche. A modo de visión retrospectiva, cuando yo era chico y los dinosaurios jugaban todavía en la arena, nos levantábamos junto a los mayores muy temprano y teníamos una actividad muy activa durante todo el día y llegábamos, en consecuencia, a la noche, “muertos” de cansancio. Había un paseíto entre las seis de la tarde y las nueve de la noche y derecho al descanso para poder estar en pie, temprano, al día siguiente. Las costumbres cambiaron, fundamentalmente, la gente joven desde hace más de veinte años. El día antes era más corto, entonces, desde los años 70 los jóvenes empezaron a tomar y disfrutar la fiesta nocturna que se remonta hasta las primeras luces del día siguiente. En consecuencia, decirle ahora a la gente lo contrario es cambiar la modalidad del verano. Sin embargo, cuando se vive una pandemia como la que azota al mundo, yo creo que las costumbres se pueden cambiar un poquito”.

Y continuó Enrique: “Además aquí, en Mar del Plata, suele haber más de 200 espectáculos y esta circunstancia no sucede en ninguna plaza de veraneo del mundo. Por otra parte, el teatro tiene dos funciones por día. Que en un lugar de playa haya actividad teatral es algo únicamente nuestro y que ahora se les diga, reitero, con esas dos funciones, que a las 11 se termina la actividad nocturna, estamos en problemas. Es decir, esto sucede en la Argentina y tenemos, por suerte, la grata costumbre de que tanto en Mardel como en Buenos Aires y Córdoba, la actividad escénica no para en verano. Y por ende, la gente no quiere renunciar a todo”.

“A mí el público y Dios me ayudaron, y he podido tener unos ahorros y gastarlos en una emergencia como esta. Pero aquí hay que tener en cuenta que no todo el mundo puede hacerlo y entonces es comprensible la necesidad imperiosa de tener que salir, no solamente para la subsistencia elemental, para poder comer en el día a día”, expuso Pinti.

Y agregó, luego, sobre las grandes antinomias en tiempos de pandemia: “Es algo que no se me puede meter en la cabeza. Y yo, como buen idiota, idealista o imbécil, pensé que esta situación iba a unir a la gente. Pero la grieta forma parte de nuestra idiosincrasia y sin esta es imposible nuestra vida. Siempre ponemos todo en función de la simpatía o antipatía que nos produce el gobierno de turno. En una dictadura se entiende la bronca contra el poder; ahora bien, en una democracia, confundir libertad personal con desparramar una enfermedad me parece un total desatino. Los que están a favor del gobierno obedecen y los que están en contra desautorizan, todo, no hay poronga que les venga bien”.

El avasallamiento del Capitolio en Estados Unidos fue abordado por Enrique en estos términos: “Es algo horroroso. No es que uno crea que América es una panacea ya que hay grupos reaccionarios de toda índole y Estados Unidos no es la excepción, como lo ha sido con la esclavitud y el racismo. Pero estas imágenes que vimos es insólito. La locura de este señor (Donald Trump) va a quedar en la historia como un hito dramáticamente horroroso”.

-Finalmente, Enrique, ¿hacia dónde va el mundo?

-El camino parece que conduce hacia el exterminio. El problema de las grietas está en todas partes del mundo. Y esto de la pandemia ha sacado todo el horror de esas grietas, precisamente, y hay grietas en España, hay grietas en Estados Unidos, en todas las regiones del mundo. Hay que observar lo que pasó con (Jair) Bolsonaro, con el primer ministro británico (Boris Johnson), con el propio (Donald) Trump. Adoptaron una actitud infantil y tonta. Es, en definitiva, un mundo agrietado donde se mezcla la salud pública, la conservación de la vida humana con intereses ideológicos, entre comillas, porque en definitiva siempre debe primar que se deba cuidar al pueblo en su salud, en su seguridad y en su educación.

Por: R.F.

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