A fines de agosto, Ingrid Grudke emprendió un viaje de regreso a su Misiones natal por motivos dolorosos: su padre Eduardo, de 79 años, estaba muy delicado. Tras los trámites y la cuarentena que imponen la situación sanitaria, logró ver a su progenitor antes de que muriera.
Luego de la despedida, Ingrid decidió quedarse por tiempo indeterminado en su pueblo, donde asegura haberse redescubierto a sí misma y vivir “como si fuera niña de nuevo”, en conexión con la naturaleza. Desde ese nuevo lugar geográfico y espiritual, ayer recordó a su hermano, que murió hace 5 años.
En una entrevista con Juan Etchegoyen para “Mitre Live” expresó un mensaje muy emotivo sobre Fredy. “Cuando pienso en él me da alegría. Era una persona de mucha luz y alegría. Cuando él se fue, la mitad de Oberá estuvo en su velorio. Hubo donaciones a los hogares en su nombre. Son cinco años que ya no está y era mi hermano menor”, comenzó.
Y siguió: “Yo estuve todo el tiempo junto a él, lo acompañé en su enfermedad. Él tenía síndrome nefrótico y polineuropatía inflamatoria desmielinizante crónica. Yo siempre disfruto a mi familia y amigos en paz. Los disfruto en vida. Sabíamos lo que iba a pasar con él, pero no el momento, por esta enfermedad grave. Y lo disfruté todo lo que pude”.
Conmovida, sostuvo: “Hice lo mejor que pude como hermana. Estoy tranquila porque siento que lo acompañé de la mejor manera. Nos llevábamos dos años de diferencia. Mis otras dos hermanas estaban estudiando y era distinto. Lo extraño y por suerte tengo una sobrina divina. Tengo la mejor relación con ella y con Cristina, su mujer. Es difícil contarlo porque uno lo extraña. Se fue a los 37 años, muy joven”.