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La pasión oculta del Papa Francisco por los libros, sus autores de cabecera y los encuentros con Borges

El papa Francisco celebra la audiencia general semanal, en el aula Pablo VI del Vaticano. 9 de agosto, 2023 (Vatican Media/Handout via REUTERS/Archivo)

El papa Francisco ya en su tiempo de arzobispo demostraba su rasgo de amor por los libros. Reveló sus obsesiones y sus rarezas quien tenía la misión casi imposible de conseguir las obras agotadas.

Jorge Bergoglio en su época de arzobispo en Buenos Aires era un ávido lector. Para conseguir las obras literarias que le interesaban, recorría Avenida de Mayo y entraba en los locales de libros antiguos y usados. Cuando fijaba su mente en una obra no solo pensaba en comprarla, sino que también recurría a pedirla prestada. En su mayoría eran ediciones agotadas o buscaba un prólogo en particular. Habla Manuel Outeda, quien se las ingeniaba para rastrear las obras agotadas que le pedía Bergoglio.

El papa devolvía los libros

Outeda entró en contacto con Bergoglio con motivo de organizar la Exposición del Libro Católico que se realizó durante 43 años en la Ciudad de Buenos Aires.

Con el paso del tiempo Bergoglio empezó semanalmente a llamarlo a Outeda para realizar comentarios de libros, para promover autores que le parecían interesantes, o para que le consiguiera libros casi imposibles de encontrar. Ante los pedidos que eran extravagantes, Outeda recorría el listado de los compradores de los libros de la exposición; y con intuición y con cierta astucia comenzaba a rastrear dónde podían encontrarse esos títulos tan particulares. Manuel llamaba por teléfono y no descansaba hasta cumplir con el peculiar pedido de Bergoglio. Finalmente, cuando encontraba los libros se los acercaba en una bolsa a la curia.

Francisco cuando todavía era el arzobispo Jorge Bergoglio y abría la Exposición del libro católico en Buenos Aires
Francisco cuando todavía era el arzobispo Jorge Bergoglio y abría la Exposición del libro católico en Buenos Aires

“Bergoglio es de los que sí devuelven los libros. Traía en una mano el maletín y la mitra y en la otra, los libros para devolver”, recuerda Outeda. El colaborador remarca que no solo los devolvía, sino que lo hacía en la misma bolsa con la que se los prestaba. Así como le devolvía al diariero las gomitas con las que sujetaba el diario, lo hacía con la bolsa de los libros. Y agrega: “Bergoglio cuando quería lograr algo, iba a poner todos los medios a su alcance e iba hacer todo para conseguirlo”. Nunca le decía específicamente para qué los necesitaba, a lo sumo le comentaba que eran para un trabajo urgente para Roma.

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“Yo no soy amigo de actos públicos, no voy a ir”

En 1992 cuando Bergoglio era vicario zonal de Flores, iba y se presentaba en la feria del libro católico sin previo aviso. Sin embargo, cuando recibía la invitación de Outeda, le decía “Yo no soy amigo de actos públicos. Yo no voy a ir. De todos modos, los sábados al mediodía visitaba la feria, tomábamos un café y hablábamos de libros”. Esa escena se repetía todos los años hasta que ocupó el cargo de arzobispo y a partir de entonces oficiaba la misa de clausura de la exposición. En una oportunidad Bergoglio expresó: “En este momento en que se está intentando desmontar la cultura de nuestra patria, en que se está desmontando la cultura católica con un esfuerzo cada día más fuerte, esta exposición tiene un significado muy particular, porque muestra cómo la cultura católica arraigó en nuestra patria, cómo la cultura católica es parte de nuestra patria y no es una capa de pintura que se puede cambiar o ‘limpiar’.”

Cada año Outeda le preguntaba a Bergoglio si quería que lo fuese a buscar en su auto para ir a la feria, pero él respondía: “Voy por mis medios”. El organizador recuerda que el arzobispo no usaba el coche oficial que le daba Presidencia de la Nación, sino que iba en colectivo.

“Cada año venía a la exposición una hora antes de la misa y quería ver los libros solo. Quería comprarlos, no que se lo regalasen. Cuando encontraba una obra de su agradado, compraba varios ejemplares, se quedaba con uno y el resto los regalaba a distintas personas.” , rememora Outeda.

Otra de las visitas a la exposición del libro católico de Jorge Bergoglio muchos años antes de convertirse en el Papa Francisco
Otra de las visitas a la exposición del libro católico de Jorge Bergoglio muchos años antes de convertirse en el Papa Francisco

Lamentablemente la Exposición del libro católico tuvo su última edición en 2019. Una costumbre que se perdió después de 43 años.

La lista de Bergoglio

Estas fueron algunas de las obras que Outeda le consiguió al actual Papa:

· Obras completas de Jorge Luis Borges, como Fervor de Buenos Aires, El Aleph, entre otros

· Obras completas de Leopoldo Marechal. Adán Buenos Ayres con el prólogo del Doctor Pedro Luis Barcia.

· Las obras completas de Dostoievski entre las cuales se destacan: Los hermanos Karamázov, Crimen y castigo, El idiota.

También una gran selección de espiritualidad católica de autores como Tomás de Kempis, los jesuitas Leonardo Castellani y Alfredo Sáenz , quien fuera vecino de habitación de Bergoglio cuando vivía en Regina Martyrum en el barrio porteño de Congreso. La lista sigue con Madre Teresa de Calcuta y su predilecta Santa Teresita del Niño Jesús , cuyas estampitas repartía Bergoglio personalmente en todas la salas de espera de la curia.

Una de las excentricidades de los libros que leía Bergoglio era su preferencia por los que tenían prólogo de Pedro Luis Barcia, quien fuera presidente de la Academia Nacional de Letras.

Bergoglio junto a Manuel Outeda en los pasillos de la Exposición del libro católico
Bergoglio junto a Manuel Outeda en los pasillos de la Exposición del libro católico

El día que Francisco conoció a Borges

Bergoglio en 2021 en una entrevista a una radio española explicó que conoció a Borges gracias a su secretaria, quien era su amiga. Tenía un aprecio por el escritor desde muy joven cuando no era todavía cura. Ya siendo maestrillo en el colegio jesuita decidió invitar a hablar al escritor ante sus alumnos de literatura y expresó: “Y vino, y tuvo su curso… Yo no sé por qué. Pero era un hombre muy bueno, muy bueno. “

Ya convertido en Papa citó a Borges en el octavo punto de la exhortación apostólica de Amoris Laetitia, escribió: “toda casa es un candelabro”. Frase que proviene del verso del poema Calle desconocida escrito en Fervor de Buenos Aires. En su momento Borges expresó: “El padre Bergoglio es una persona inteligente y sensata”.

Martín Fierro en la ONU

El 25 de septiembre de 2015 en la Asamblea General de la ONU el papa Francisco pronunció en el final de su discurso las frases de José Hernández: “El gaucho Martín Fierro, un clásico de la literatura de mi tierra natal, canta: Los hermanos sean unidos, porque esa es la ley primera. Tengan unión verdadera en cualquier tiempo que sea, porque si entre ellos pelean los devoran los de afuera”.

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