@jimegol20
Cuando comenzó su carrera en los medios, allá por el año 2000, Luciana Salazar no tenía mucha idea de hasta dónde podría llegar. Solo sabía que quería ser parte de la farándula argentina. La joven sobrina de la actriz Evangelina Salazar y el cantante Palito Ortega, dio sus primeros pasos como promotora en eventos y modelo, a pesar de su corta estatura (mide 1,62 cm.). Su apellido la ayudó a dar el salto hacia la pantalla chica en 2002, junto a Guillermo Francella, aunque no le llevó mucho tiempo abrirse su propio camino. Su paso por el programa la transformó en una sex symbol, una etiqueta que Luciana supo explotar como nadie. Nuevas oportunidades llegaron y así la bomba sexual pasó a destacarse como actriz, vedette, conductora y hasta cantante (imposible olvidar el álbum Lulipop).
Durante el trayecto el cuerpo y el rostro de Salazar cambiaron. Los retoques estéticos que se realizó a lo largo de los años terminaron por modificar completamente su imagen. Nada quedó de la Luciana del viejo milenio. Sin embargo, la más multifacética de los Salazar sigue dando qué hablar. Ya sea por sus amores, la hija que tuvo mediante vientre subrogado, alguna escena sexy o las opiniones políticas que comparte en Instagram.
OPORTUNIDADES
La popularidad que le dio el programa de Francella sirvió como pase hacia un nuevo desafío, y así Luli se convirtió en vedette. Dueña de una figura pulposa, la rubia tenía el combo necesario para subirse al escenario, sensualidad, carisma y facilidad para el baile. El debut fue con la obra Pijamas en la calle Corrientes, más tarde, llegaría la convocatoria a Villa Carlos Paz. En 2003 Luciana ya era considerada una de las mujeres más sexys del país pero pronto lo sería en toda Latinoamérica. En la edición regional de premios MTV otorgados ese mismo año, la vedette presentó un galardón junto al actor mexicano Diego Luna, pero mostró su delantera cubierta tan sólo por pezoneras con el logo del gigante musical. La polémica estrategia funcionó y pronto Luli se volvió internacional.
ACTRIZ
En 2005 Luciana se convirtió en la “Reina del Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar” en Chile, y realizó la famosa zambullida a la pileta. Al año siguiente, Tinelli la invitó a participar de la tira de ficción, Los Roldán. En su nuevo rol de actriz, Salazar formó parte de Costumbres Argentinas, Gladiadores de Pompeya y la película Bañeros III, todopoderosos.
IRRECONOCIBLE
En 2009 Salazar lanzó su carrera como cantante bajo el nombre Luli Pop. Para ese entonces los cambios estéticos se hacían más notorios. Su relación con el quirófano había empezado años atrás con un aumento de lolas pero luego se intensificó. La vedette se rellenó los labios en reiteradas ocasiones, cambió su dentadura por una blanquísima y perfecta, se operó los pómulo, afinó su nariz, modificó la forma de sus cejas y volvió a retocarse los pechos una vez más, para achicarlos. “Al principio me arrepentí un poco de haberme operado las lolas. Tenía mucho y me reduje de a poco. Ahora me siento un poco más acorde con el tamaño”, dijo la rubia años atrás.
MADRE REAL
Si algo le faltaba a Luli era contar con su propio reality show o “reality life”, como prefiere llamarlo. La maternidad pareció ser el momento perfecto para llevarlo a cabo. En solo 4 episodios, Salazar compartió la experiencia y sensaciones de sus primeros meses como mamá de Matilda, la niña que pudo tener gracias al método de vientre subrogado.
Por J.G.