En una entrevista, Carlos Zannini dijo no arrepentirse por haberse vacunado de forma irregular y se excusó diciendo haber estado “en condiciones legales” para poder hacerlo. “El 20 de diciembre surge la Resolución 2883, se firma, yo acudo a la autoridad sanitaria porque estoy incluido, como mayor de 60 años con enfermedades prevalentes y como autoridad decisional. Se podía hacer, fui y lo hice”, expresó el funcionario.
Detrás de Luis Majul” class=”com-link” data-reactroot>Luis Majul, en el arranque de su programa, una placa contiene las declaraciones textuales de Zannini. Al leerlas, el periodista empezó a “desarmar la confusión y la mentira”.
“El primer caso de COVID se registró, en la Argentina, hace 435 días, el 2 de marzo del 2020. El primer muerto, cinco días después. La primera vacunada, el 29 de diciembre”, expresó Majul. “El protocolo que estableció las prioridades de vacunación fue establecido un mes antes de la aplicación de la primera vacuna”, añadió.
Luego, repasó el orden previsto para la aplicación de dosis, el cual está encabezado por el personal de salud, seguido de adultos de 70 años o más y residentes en geriátricos, adultos entre 60 y 69 años y completado por los demás grupos hasta llegar a las poblaciones estratégicas definidas por jurisdicciones.
“El COFESA determinó que, una vez que se vacunara a los dos primeros grupos de prioridad, las provincias podían utilizar criterios propios para vacunar a grupos determinados. La provincia de Buenos Aires interpretó como sistema de salud a cualquiera que estuviera dentro del sistema”, sentenció.
Tras explicar estos puntos, retomó la situación puntual de Zannini. “Él se registró para ser vacunado el 23 de enero y se vacunó el 22 de febrero en el vacunatorio vip del Hospital Posadas. Cuando la falta de dosis ya era escandalosa, no pertenecía ni al primer grupo de riesgo, ni al segundo”, precisó.
“El SISA es el Sistema Integrado de Información Sanitaria Argentina. Lo que sí quedó registrado es que él y su mujer, Patricia Alsúa, fueron anotados como personal de salud cuando ninguno de los dos lo era”, finalizó su editorial luego de remarcar que las enfermedades prevalentes a las que el funcionario hizo alusión no figuran en el registro.
LA NACION