La cuarentena provocada por la pandemia produjo cambios impensado en la sociedad, y algunas personas atraviesan el aislamiento con mayores problemas que otras, debido a varios factores. Están los pacientes de riesgo, que son aquellas personas que, por edad o algún antecedente de salud, son más frágiles y el Covid-19 puede ser muy peligroso para ellos. Pero también existe otra porción de la población que padece el encierro y son aquellos con conflictos psicológicos, particularmente los que sufren de crisis o depresión.
Dentro del mundo artístico, una persona que está en franco peligro es María Valenzuela, por padecer varias enfermedades y también porque en 2019 se internó en un instituto neuropsiquiátrico tras pasar muchos días sin comer, con una tristeza extrema por la muerte de un amigo. En una entrevista reciente con la revista Para Ti habló sobre sus miedos: “Tengo EPOC, enfisema, soy una persona de altísimo riego. Tengo bronquitis crónica, estuve internada por neumonía y estoy totalmente aislada. No puedo tener contacto con nadie“.
Además, la artista reveló que su médico personal le advirtió que otro factor de riesgo era su adicción al cigarrillo, un vicio que no pudo abandonar definitivamente. “Es una adicción, así como el alcohol, como la obesidad, el tabaquismo es una enfermedad. Imaginate encerrada tantos días y tratar de dejar de fumar, sería una locura. Caminaría por las paredes y me daría la cabeza contra la pared“.
Sobre su rutina en soledad durante estos meses, describió: “Lo llevo mirando películas, series, estoy estudiando el libreto de la obra Eva y Victoria, estoy en Facebook. Me distrae mucho, me despeja. Estoy sola. Los chicos casi no aparecen. La única que viene es Malena, a distancia y con barbijo -remarcó-. Para pasar el tiempo duermo y como cuando tengo hambre. Tengo todos los horarios trastocados. La tele para mí no existe, la uso para poner YouTube o escuchar música. Al principio del coronavirus estaba todo el tiempo con las noticias. Me generaba angustia“.
A pesar de los riesgos físicos que corre, confesó que su temor pasa por otro lado: “No me da miedo el coronavirus. Lo que me da miedo es morirme sola, que me infecte y me muera sola, sin poder abrazar y besar a mis hijos, amigos, a mis seres amados. La muerte creo que es un paso más a otro plano. Le tengo miedo a la muerte de seres amados, pero a la mía no. Tengo la esperanza de que hay algo mejor y que me voy a encontrar con muchos seres amados que perdí“.