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Matías Martin tras su salida de Radio Metro: “No hay espacio para rencores”

@perez_daro

Aunque comenzó su carrera en los medios como actor y modelo publicitario, rápidamente viró a su verdadera pasión, el periodismo, primero como cronista deportivo. Y en el año 1996 Matías Martin se calzó los auriculares y se puso frente al micrófono para nunca más parar. Al llegar a 25 años de trayectoria radiofónica le dijo “basta” a su clásico, “Basta de todo”, y arrancó “Todo pasa”, en Urbana Play 104.3 FM, dejando atrás a la Metro, lugar que lo identificó por dos décadas y que lo transformó en un referente del éter.

Con “Todo pasa”, curiosamente el mismo nombre que la canción de “Los Piojos” con la que finalizaba “Basta de todo”, arranca una nueva era, a sus 50 años.

“Mis hijos no conocen a su papá trabajando en ninguna otra cosa que en la que trabajé hasta diciembre. Si bien hice cosas en el medio, los tres vivieron siempre conmigo yendo a Metro”, explica a DiarioShow.com evidenciando el peso que tiene su nueva etapa, que es mucho más que un mero cambio de dial. En charla con este medio, el conductor habla de la necesidad de reiniciar para ir en sincronía con el nuevo mundo que se nos presenta.

Oficialmente el año comenzó el miércoles 19 para la nueva emisora, aunque Matías y su equipo, conformado por Clemente Cancela, Emilse Pizarro y Juan Ferrari al aire, habían comenzado el programa unas semanas antes, tras dos meses de hiato entre el final de “Basta de todo” y la primera emisión del nuevo ciclo. “Es volver a respirar. Me sentí muy cómodo. No tenía tan clara la abstinencia que sentía en el cuerpo hasta que me tocó mi momento con Clemente de estar al aire. Igual no pasó tanto tiempo, pero nunca estuve más de tres semanas sin hacer radio desde que arranqué hace 25 años. Estos dos meses fueron inéditos en los años ininterrumpidos que vengo haciendo radio, así que hubo algo de recuperar una sensación muy hermosa”, describe con emoción.

Su equipo ahora es con Emilse Pizarro, Juan Ferrari y Clemente Cancela.

Es lógico, para alguien que hace un cuarto de siglo se gana la vida al frente de un programa radial, que utilice ese tiempo al aire como respirar, aliviar algo contenido. Y así, Martin también habla, sin medias tintas, de lo que significó esta mudanza: “Fue una decisión que viene madurando desde hace tres o cuatro años, lo tengo dando vueltas en mi cabeza, costó muchísimo tomar la decisión, pero en mi casa estaba muy charlado, con mi mujer, y hubo varias situaciones que fueron empujando a lo que yo llamaba ‘un fin de ciclo’”.

“Hablé primero con mis compañeros, es lo que más me costó. Y después tardé más de lo que hubiera creído en contarlo al aire. Quería hacerlo antes, pero no pude, lo atrasé y lo conté dos semanas antes del final. Ahí me liberé y empecé a sentirme feliz con la decisión. Como si les hubiera trasladado el problema a los demás”, finaliza la descripción de ese momento bisagra en su vida.

DECISIÓN INEVITABLE

La identificación con un proyecto es muy importante, y el hecho de que Matías dijera que dejaba Metro generó un gran revuelo porque, al mismo tiempo, se empezó a hablar de Urbana Play y de todas las figuras que se llevaría: junto con él, se mudaron Andy Kusnetzoff, María O’Donnell y Sebastián Wainraich, personajes muy relevantes de la mencionada radio. Al respecto, el animador aclara: “Vinimos casi todos, lo que demuestra que no es un capricho mío y pateé el tablero. Vinimos los cuatro, lo que marca que algo pasaba ahí. Nos vinimos la mayoría y crecer es evolucionar y mirar atrás con orgullo. Ni con bronca, nostalgia, melancolía ni con odio. Estoy feliz del camino recorrido, Metro está en mi corazón y hoy estoy contento de arrancar un nuevo camino, no hay espacio para rencores“.

-¿Era necesario cortar de cuajo y volver a empezar?

-Sí, no quedó alternativa por cómo se dieron las cosas. Para mí era un ciclo cumplido y necesitaba cerrarlo, terminar mi programa. Voy a tener muchas cosas en común con el que fui hasta ahora, no le tengo miedo al fantasma de “Basta…” ni a la comparación. Para mí era inevitable y después se dio que todos nos cambiáramos; la verdad es que no estábamos cómodos, evidentemente, y estamos en un lugar que lo armamos sobre la marcha, así que acá sí vamos a sentir comodidad.

-¿Vamos a escuchar un nuevo Marías Martin?

-Me voy a parecer a mí mismo, no cambian mis consumos culturales, deportivos, musicales, se mantienen. Pero es cierto que esta es una oportunidad hermosa de evolucionar, hay una evolución de la sociedad de la que no hay que quedarse afuera. Cambia el medio, que nace plataforma y un montón de posibilidades. Por ahí uno venía arrastrando los vicios de otras radios, así que la hoja en blanco es una oportunidad para crear un medio.

“Cuando querés conservar algo que te costó mucho conseguir, te ponés más conservador, siguiendo en el mismo lugar te agarrás a algunas formas y cuesta más soltar algunos contenidos. Cambiando de lugar estás obligado a hacer algunos cambios”

-¿A qué vicios te referís?

-A los que uno adquiere cuando quiere conservar lo que logró con tanto esfuerzo. Prefiero los problemas de salir a conquistar, con todo lo que significa tratar de conseguir, porque arrancamos de cero. Yo no subestimo a nadie ni nunca en mi vida daré por ganado un partido antes de jugarlo. Y cuando querés conservar algo que te costó mucho conseguir, te ponés más conservador, siguiendo en el mismo lugar te agarrás a algunas formas y cuesta más soltar algunos contenidos. Cambiando de lugar estás obligado a hacer algunos cambios.

Sin dudas, en los últimos años los medios se vieron interpelados por el crecimiento del feminismo, que sacaron a la luz algunas problemáticas como la gran mayoría masculina que se imponía en los medios líderes.

Específicamente radio Metro, quizás por tratarse de una emisora joven con muchas figuras célebres, fue señalada como machista por algunos episodios en particular, y no adecuarse rápidamente a los cambios que ocurrían en la calle.

El periodista se refiere sobre el tema: “Hablo de la evolución respecto a la perspectiva de género, de los vínculos entre las personas, y de la diversidad como norma. No como algo circunstancial de lo que alguien puede decir como frase de ocasión. De que esté verdaderamente integrada la diversidad. Esta radio nace diversa”.

“En el proceso anterior (Metro) tuvimos que aprender, porque arrancó cuando yo tenía 30 y terminó cuando yo tenía 50. En el medio, se transformó en otro el mundo. Esta arranca en este mundo, así que, si no nos adaptamos y evolucionamos, el punto de partida está corrido de eje, lo que sería un problema”, continúa.

“Hoy estamos bajo la dictadura de las redes y de la opinión como la crueldad y el juzgamiento inmediato. Parece ser el lenguaje de los medios en la actualidad”

-¿Sentís un alto grado de responsabilidad por ser un referente de la radio?

-Es raro, porque hoy estamos bajo la dictadura de las redes y de la opinión como la crueldad y el juzgamiento inmediato. Parece ser el lenguaje de los medios en la actualidad. Me parece que cuando estás al aire en un medio masivo no podés estar pensando todo el tiempo en que te están escuchando miles o medio millón de personas, por poner un ejemplo. Nunca lo pienso de ese lado y creo que nadie lo haría, porque no podrías hablar directamente. Pero tenés que ser muy responsable con lo que digas, porque no es una bol… estar al aire. Uno está comprometido con el cuerpo y la cabeza. Creo ser bastante responsable, no soy alguien muy volátil, que se deja llevar por una primera impresión y editorializa desde la bronca.

Matías siempre se mostró alejado de los conflictos mediáticos y de los medios que podían llegar a tocarlo, en ocasiones evadiendo por completo a un posible adversario. Según dice, se aparta de la hostilidad por varios motivos específicos: “Creo que el enojo es un karma de esta era y aquella vieja máxima de ‘el que se enoja, pierde’ aplica más que nunca en tiempos de fugacidad e inmediatez. A menos que hagas un negocio con la calentura”.

Y luego sostiene: “Está muy de moda en el periodismo hacer cosas horrendas para que el resultado sea que estés muy enojado. Garpa mucho mostrarse indignado en los medios; de hecho, la grieta se alimenta de indignados de ambos lados. Busco lo contrario. Una opinión pensada, justificada, y creo que la idea es llegar a una conclusión más que partir de la base de si me garpa hacerme el enojado”.

Más allá de esta reflexión, finaliza el concepto hablando de la imposibilidad de tener todo siempre bajo control: “La responsabilidad siempre está manchada con una dosis de inconsciencia; si no, no podés estar al aire”.

-¿Trabajás la neutralidad o es una forma de ser?

-Es una forma de ser. No hay mejor herramienta que la pregunta. Los que somos periodistas entendemos el valor de una pregunta bien puesta, una inflexión bien hecha, una pausa en la pregunta, ahí tocás la profundidad de un personaje, que es lo opuesto a editorializar, enojarse. Hay gente que no hace preguntas, da una opinión larguísima de lo que piensa y le pasa el micrófono al otro, queriendo reafirmar. Y yo lo que quiero es preguntar, lo que más me gusta es preguntar y sí, no sé si acorralar, pero llevar al otro a un terreno en el que yo me siento más cómodo y el otro se abre más.

-¿Y cuando entrevistás a un político?

-Los políticos están llenos de artimañas para disfrazar lo que verdaderamente piensan y no les conviene decir, por eso me gusta cuando puedo buscar la esencia del personaje y sacarle una declaración que es real y lo representa, pero que no hubiera elegido decir.

-¿Sos autocrítico a la hora de entrevistar?

-La mezcla del espíritu exigente y autocrítico con mucha sensibilidad a veces puede ser una bomba de tiempo. Pero no funcionan con DeLorean (el vehículo de “Volver al futuro”) las críticas. Si tengo que volver atrás, lo haría de nuevo de una forma distinta porque aprendí algo, uno intenta mejorar todo el tiempo y la semana que viene no vas a ser el mismo que el que fuiste la semana pasada, pero la vida no funciona hacia atrás.

¿Sos la persona que querías ser cuando empezaste?

-No tengo una perspectiva de dónde estoy ni a qué momento arribé. Me cuesta mucho conectar con la mirada ajena, porque son todas distintas. Yo estoy muy contento con todo lo que elegí. Sobre todo, con todos los ‘no’, porque creo que te definen más. Cuando aparecés y sos el personaje de la semana, o todos te buscan y te ofrecen mil cosas, me parece que la tentación de agarrar todo es un programa. Elegir es eso, me hice fuerte diciendo “no” a un montón de cosas que me hubieran llevado a un lugar que no me representará. Hoy estoy en un lugar en el que quiero estar.

Con Mía y Alejo, sus hijos menores, en Barcelona.
Con Mía y Alejo, sus hijos menores, en Barcelona.

EL AÑO DE CUARENTENA

“Nada va a ser igual que antes de la pandemia”

Como conductor, periodista y aún más como padre de familia, Martin siente que el 2020 será recordado de mala manera. “Fue muy difícil. Creo que está en cada uno evolucionar y aprender, o sacar algo positivo”, describe su forma de ver las cosas. Ambivalente entre el optimismo y el pesimismo, analiza: “Como sociedad pasamos del ‘vamos a salir más fuertes’ al ‘que termine porque esto es una pesadilla’.

“Las relaciones de pareja se trastocaron, la vida de mis hijos, sin presencialidad en los colegios, la verdad que es muy negativo lo que pasa pero lo positivo es cómo cada uno trata de reinventarse, nuestra capacidad de supervivencia, nuestro espíritu de comunidad, de relacionarnos con la gente no se pierde, está ahí vivo pidiendo a gritos encuentros y situaciones para volver a sentirnos bien”, exclama.

Sobre el futuro inmediato, para lo que resta del 2021, desea: “Me gustaría que haya una normalidad que nos devuelva algo parecido a lo que teníamos, si bien nada va a ser igual, soy pro vacunas. No estoy apurado por dármela, si alguien quiere dársela antes que yo, con gusto, pero me encantaría que haya vacunas para todos y que mi vieja salga a la calle feliz y tranquila por estar inmunizada”.

La emisora reunió a grandes figuras para su grilla.
La emisora reunió a grandes figuras para su grilla.

LA GRAN APUESTA

Nuevo micrófono, nuevas expectativas

El miércoles 17 de febrero comenzó oficialmente Urbana Play 104.3 FM, nueva emisora multiplataforma que quiere revolucionar los medios liderado y diseñado por Martin Kweller, con la dirección general de Andrés Pandiella.

Entre sus figuras se encuentran Matías, Andy Kusnetzoff, María O´Donnell y Sebastián Wainraich encabezando sus principales programas, que serán acompañados por varias figuras conocidas como Julieta Pink, Lizy Tagliani y Clemente Cancela.

La programación de Urbana Play tendrá en la mañana, de lunes a viernes de 6 a 9, a O’Donnell al frente de “De acá en más”, quien estará acompañada por David Cayón, Guido Bercovich, Flora Alkorta y muchos más.

María le dará el pase a “Perros de la calle”, de 9 a 13, con Andy junto a Lizy, Harry Salvarrey, y Evelyn Botto; y de 13 a 17 podrá escucharse “Todo pasa” con la conducción de Matías junto a Clemente Cancela, Emilse Pizarro, Juan Ferrari y columnas especializadas.

Con renovación de nombre, a partir de las 17 estarán al aire Wainraich, Pink y Fábregas en su nuevo programa “Vuelta y media”.  

Los fines de semana, habrá compilaciones de lo mejor de cada programa, micros deportivos, de tecnología, sustentabilidad, gaming y música y los sábados a la medianoche el Dj Hernán Cattáneo presentará “Resident”, el programa de música electrónica más importante de la región.

Por D.P.

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