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Misión imposible: a 25 años del inicio de la franquicia que mantuvo a Tom Cruise en el estrellato

No se puede explicar en palabras una melodía, pero basta con leer “misión imposible” para escuchar mentalmente el tema musical de Lalo Schifrin. Esa música y dos frases (“su misión, si decide aceptarla” y “este mensaje se autodestruirá en cinco segundos”) son las marcas más fuertes que Misión imposible dejó en la cultura popular.

Cuando llegó la hora de adaptar la serie de los 60 al cine, y cuando una serie es exitosa ese momento casi siempre llega, estaba claro que había que mantener esos elementos clave, además de la idea general de una trama sobre un equipo especial de espías, dedicados a cumplir con misiones que, por supuesto, parecían imposibles. El resto de los componentes de la adaptación eran interrogantes que se fueron resolviendo y cambiando a lo largo de seis películas, que conformaron una de las franquicias más exitosas de los últimos 25 años.

El primer film de Misión imposible cumple este sábado un cuarto de siglo de su estreno. La idea de adaptarla a la pantalla grande surgió de Paramount, el estudio que tenía los derechos por haber producido la serie de televisión, y Tom Cruise, una de las más grandes estrellas del planeta. El actor de Top Gun, fanático de la serie creada por Bruce Geller, tenía una nueva productora junto con Paula Wagner, creada bajo contrato con Paramount para producir sus proyectos propios. Llevar el éxito televisivo al cine parecía un vehículo ideal para su incursión como productor y para continuar con su posicionamiento como figura de acción (su última película del género había sido Días de trueno, a la par de su incursión en films con aspiraciones a premios como Cuestión de honor).

Tom Cruise sabía muy bien que la idea de Misión imposible debía reformularse para llegar a la pantalla grande
Tom Cruise sabía muy bien que la idea de Misión imposible debía reformularse para llegar a la pantalla grande

Sidney Pollack, quien dirigió a Cruise en el thriller de abogados Fachada, renunció a Misión imposible después de trabajar un tiempo en el proyecto con dos guionistas. El agente de Pollack no quiso perder la comisión y propuso que Brian De Palma, otro de sus clientes, tomara las riendas de la película. Según el propio De Palma explicó en una entrevista con Alec Baldwin, el ofrecimiento llegó justo cuando el director estaba cansado de no tener un éxito de taquilla. La fórmula Misión imposible-Tom Cruise le pareció ideal para ganar dinero. Al fin y al cabo, su última película taquillera había sido Los intocables, otra adaptación de una serie al cine.

Pero el camino hacia el éxito no sería fácil. Cruise no estaba satisfecho con el trabajo de los guionistas. Entonces entró Steven Zaillian, quien en seis semanas armó junto con De Palma la trama de la película y luego se retiró del proyecto. De Palma convocó luego a David Koepp, guionista de Jurassic Park, quien completó el guion, siguiendo la trama ya establecida. Cuando finalmente Cruise dio el ok, según cuenta el director, Paramount le dio luz verde al proyecto pero lo obligó despedir a Koepp, porque el actor quería que otro guionista hiciera algunas modificaciones. El legendario Robert Towne, autor de Barrio Chino, estuvo involucrado en la reescritura, pero Koepp volvió para una última revisión (ambos comparten el crédito como guionistas del film).

“La serie de televisión es sobre cinco personajes sin personalidad que van a hacer cosas. Tom quiere hacer una película sobre él. ¿Qué hago con los otros personajes? Mi primera idea fue matarlos a todos en la primera misión. Funcionó bastante bien”, dijo De Palma en esa misma entrevista, sobre uno de las cuestiones que generó mayor polémica alrededor del film.

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Tanto los fanáticos como los actores de la serie original rechazaron algunas de las novedades incluidas en la película. Para empezar, siguiendo la explicación de De Palma, Misión imposible no estaba construida a partir de los personajes sino del trabajo que debían hacer. El corazón de cada episodio era el desarrollo de cómo el equipo resolvía las misiones imposibles que se les presentaban. Pero en una película de Tom Cruise, el protagonista debe ser Tom Cruise. Entonces surgió la idea de eliminar al equipo de espías y elevar a Ethan Hunt, el personaje que interpreta el actor, a un primer plano en la historia.

Como si ese cambio fuera poco, la película de De Palma agregaba un giro que resultó imperdonable para los miembros del elenco original, que no quisieron tener nada que ver con el film, y los aficionados a la serie. Alerta de un spoiler de 25 años: Jim Phelps, el histórico líder del equipo, personaje interpretado en la serie por Peter Graves y en el film por Jon Voight, resultaba ser un traidor y era asesinado por Hunt.

“Es básicamente una película de acción y aventuras y no Misión imposible -dijo Martin Landau, estrella de la serie de TV sobre la adaptación cinematográfica, en una entrevista con MTV-. La misión ideal era entrar y salir sin que nadie supiera que habíamos estado ahí. Así que toda la textura cambió, ¿por qué íbamos a ofrecernos como voluntarios para que esencialmente nuestros personajes cometieran suicidio?”

El público general no pareció preocuparse por estas cuestiones y Misión imposible fue un gran éxito de taquilla. Tal como lo había anticipado De Palma, se convirtió en el film que más recaudó de su carrera, con más de 450 millones de dólares en la taquilla mundial. El presupuesto de 80 millones que había sido una preocupación para el estudio resultó una inversión muy rentable.

Cruise y una de las escenas que más dolores de cabeza le provocó en el rodaje de Misión Imposible I
Cruise y una de las escenas que más dolores de cabeza le provocó en el rodaje de Misión Imposible INETFLIX

El manejo del suspenso y la sorpresa que De Palma aprendió de Alfred Hitchcock está puesto a buen uso en la película, que tiene varias secuencias de acción impactantes. La escena en la que Cruise baja del techo colgado de un cable, en una habitación blanca llena de sensores que debe evitar, se convirtió en un clásico instantáneo, gracias a una perfecta comunión de estética y narración.

La consecuencia del éxito en Hollywood suelen ser las secuelas. El cambio de director en Misión imposible II pareció confirmar los rumores de que De Palma y Cruise no se llevaron bien durante el rodaje, ya acrecentados por la decisión del director de no participar de la gira de promoción de la película.

El realizador elegido para esta segunda entrega fue John Woo, quien ya tenía una amplia carrera en el cine de acción de Hong Kong, además de dirigir a Jean-Claude Van Damme en Hard Target: Operación cacería y a John Travolta y Nicolas Cage en Contracara, además de otros títulos hollywoodenses.

Misión Imposible II
Misión Imposible II

Towne volvió al universo de Misión imposible para escribir el guion de la secuela, a partir de una historia de Brannon Braga y Ronald D. Moore. Lo que sorprendió al guionista y consideró un verdadero desafío fue que las secuencias de acción estaban planificadas de antemano, o sea, que tuvo que escribir la historia para que estas encajaran. Una situación curiosa pero que tiene su lógica, ya que las películas de la serie se caracterizan por estar ancladas en grandes secuencias de acción, ligadas por una trama con un MacGuffin (una excusa narrativa) que no importa demasiado.

Además de Cruise, que en este film tiene un papel aún más protagónico, sólo quedó de la primera película Ving Rhames, en el papel de Luther Stickell. El actor es el único del elenco que sobrevivió toda la franquicia junto con la estrella principal.

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El cambio de director sentó un precedente que resultó positivo para la franquicia. Hasta la quinta película, cada una tuvo un realizador distinto que añadió su estilo propio y enfoque al concepto de Misión imposible. Aunque la visión personal de los directores siempre quedó supeditada a la de Cruise, figura central de este universo narrativo.

El uso de la cámara lenta, las pinceladas de melodrama y la omnipresencia de palomas fueron algunos de los toques que Woo le dio a Misión imposible II, que resultó la película más taquillera del 2000. Otro cambio fue una nueva versión del tema musical de Schfrin a cargo de la entonces muy de moda y ahora olvidada banda Limp Bizkit.

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La tercera película trajo nuevos obstáculos que pusieron en peligro la continuidad de la serie de films. El primer elegido para dirigirla fue David Fincher, cuyo film más reciente había sido el exitoso La habitación del pánico, pero renunció por “diferencias creativas”, después de un año de trabajar en el proyecto. Cruise eligió como sustituto a Joe Carnahan (Narc: calles peligrosas), quien comenzó a trabajar en 2003 con Dan Gilroy como guionista, en una versión que describió como “punk rock” y cercana a las películas de los 70. Los ejecutivos de Paramount tenían otra cosa en mente y volvieron a llamar a Towne para que reescribiera el guion. Después de 15 meses de trabajo, Carnahan se bajó del proyecto, para el cual había reunido un elenco que incluía a Kenneth Branagh, Carrie Ann Moss y Scarlett Johansson.

La fecha planeada de estreno para el verano boreal de 2004 quedó suspendida para poder acomodar el rodaje a la agenda del nuevo director seleccionado por Cruise, JJ Abrams, quien estaba ocupado con su serie Lost. Los actores que habían sido convocados se retiraron porque tenían otros proyectos pendientes.

Misión Imposible III
Misión Imposible III

Roberto Orci y Alex Kurtzman, colaboradores de Abrams en Alias, se encargaron de reescribir el guion, en el que reforzaron la dinámica del equipo, propia de la serie de televisión original. Además, le dieron una esposa a Hunt, interpretada por Michelle Monaghan, y un archienemigo poderoso, encarnado por Philip Seymour Hoffman. El elenco se completó con Rhames, Maggie Q, Jonathan Rhys Meyers y Simon Pegg, quien se convirtió en otro pilar del equipo, aportando un toque de humor que no estaba presente en los films anteriores.

Para cuando Misión imposible III llegó a los cines, en abril de 2006, el estrellato de Cruise estaba de capa caída. En 2005 su romance con Katie Holmes estaba en su apogeo y el actor protagonizó una bizarra entrevista con Oprah Winfrey, en la que saltó sobre el sofá del estudio. A su extraña conducta, su relación con la Cienciología y sus declaraciones contra los antidepresivos, se sumó luego una polémica en torno a un episodio de la serie animada South Park, en la que se hablaba de Cruise como “atrapado en el ropero”, sugiriendo que el actor escondía su supuesta homosexualidad. Los rumores indicaban que Cruise había amenazado con no hacer prensa de Misión imposible III, al menos que Viacom, dueña de Paramount y del canal donde se emite South Park, se ocupara de que el episodio no saliera nuevamente al aire. Los representantes del actor negaron la veracidad de estos rumores.

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Cuando la película tuvo una performance decepcionante en la taquilla, sigue siendo hasta hoy la que menos recaudó de toda la franquicia, el estudio evaluó continuar la serie sin Cruise, quien siguió con un período de películas con recaudaciones menores. Jeremy Renner fue fichado como un posible sucesor e incluido en el equipo protagonista de la cuarta entrega.

Imitando la persistencia y capacidad para esquivar el peligro de Ethan Hunt, Cruise aceptó rebajar su cachet para actuar en el nuevo film. Abrams no fue de la partida, ya que estaba trabajando en Super 8 y Star Trek: en la oscuridad. La película quedó en manos de Brad Bird, quien venía de hacer Ratatouille y Los increíbles, una de las mejores películas de superhéroes de la historia. Su talento para la animación se trasladó bien a la acción en vivo. Misión imposible: Protocolo fantasma, que no lleva el número en su título como parte de una movida de marketing para renovar la franquicia, tiene escenas visualmente imponentes y logró ser un enorme éxito de taquilla, con una recaudación de 694 millones de dólares a nivel mundial.

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La película también tiene humor y una buena dinámica entre los personajes. El guion de Josh Applebaum y André Nemec fue reescrito en gran parte por Christopher McQuarrie, el nuevo socio creativo de Cruise. El actor, que pasaba por un mal momento de taquilla con sus películas y había disuelto su sociedad con Wagner y el contrato con Paramount, conoció al guionista en Operación Valquiria, película de Bryan Singer escrita por McQuarrie. El autor de Los sospechosos de siempre también estaba en un punto bajo profesional, pensando en abandonar el cine por completo. Pero uniendo fuerzas con Cruise lograron remontar las carreras de ambos.

En Misión Imposible: Protocolo Fantasma, Cruise logró una escena inolvidable escalando la torre Burj Khalifa
En Misión Imposible: Protocolo Fantasma, Cruise logró una escena inolvidable escalando la torre Burj Khalifa

El actor dinamitó las dudas en su contra, llevando a un nuevo nivel su audacia al protagonizar sus propias escenas de riesgo, algo que venía haciendo desde la primera Misión imposible. Otra vez, Cruise logró una escena inolvidable escalando la torre Burj Khalifa (sostenido por cables, aunque ese dato no lo haga menos impresionante).

Los stunts cada vez más impresionantes de Cruise, apoyados en la pluma y la puesta en escena de McQuarrie, ahora a cargo del guion y la dirección de la quinta película, llevaron a Misión imposible a una nueva etapa. Nación secreta mantuvo a Rhames y Pegg, el humor y la importancia de la dinámica del equipo; mientras que sumó a Rebecca Ferguson como una nueva agente/interés amoroso de Hunt, el primer personaje femenino de toda la franquicia que tiene un desarrollo más profundo.

Misión Imposible V: Nación Secreta
Misión Imposible V: Nación Secreta

McQuarrie recuperó lo hitchcockiano que De Palma supo aprovechar en la primera película. La secuencia en la Ópera de Viena tiene un suspenso y elegancia que recuerdan a El hombre que sabía demasiado, aunque con sus méritos propios que la alejan del mero homenaje.

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Pareciera que todos los elementos combinaron en la mejor expresión para la franquicia, que continuó en manos de McQuarrie en Misión imposible: Repercusión. Con nuevas escenas de acción impactantes, como en la que Cruise se trepa a un avión o la de una batalla entre dos helicópteros, entre otras (por las que incluso llegó a sufrir lesiones bastante graves), la sexta entrega dobló la apuesta, sin salirse del exitoso carril de la anterior. Henry Cavill, Vanessa Kirby y Sean Harris resultaron incorporaciones a la altura de las circunstancias, mientras que Michelle Monaghan regresó para cerrar parte de la historia pendiente.

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La pandemia del COVID-19 retrasó la llegada de la séptima entrega, pospuesta para el año que viene. A fines del año pasado se retomó el rodaje en Londres y se dio a conocer en los medios un audio del actor en el que amenazaba con despedir a dos miembros de la producción por no respetar las medidas de prevención.

La franquicia cerraría con la octava película, cuyo estreno se espera para 2023. Cruise continúa como protagonista, acompañado de sus fieles compañeros de equipo y con McQuarrie como guionista y director.

Misión imposible cambió mucho a lo largo de seis películas y seguro tendrá novedades en las dos últimas. Lo que se mantiene es la música de Schifrin, el mensaje que se autodestruirá en cinco segundos y el interés del público por ver a un grupo de espías capaces de hazañas imposibles.

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