Paula Pareto se mostró «motivada» de cara a los que serán sus últimos Juegos, el año que viene en Tokio.
La judoca bonaerense Paula Pareto, doble medallista olímpica y campeona mundial 2015 en la categoría hasta 48 kilos, se mostró «motivada» de cara a los que serán sus últimos Juegos, el año que viene en Tokio, y rescató que «lo importante es sacar las cosas positivas» de todo lo sucedido durante la pandemia de coronavirus.
Pareto, que se entrena en una «burbuja» sanitaria en la localidad bonaerense de Santa Teresita (Partido de la Costa), dijo a Télam que va recuperando su nivel «físico y técnico» luego de la inactividad por la emergencia sanitaria y que maneja la incertidumbre «dando lo mejor cada día para estar bien cuando la situación se vaya normalizando y esté más claro el horizonte».
«Creo que lo importante en esta situación es sacar las cosas positivas. En mi caso lo hago trabajando más los temas de fortalecimiento psicológico deportivo, que lo puedo hacer desde cualquier lugar en el que me encuentre», aseguró.
«También estoy haciendo cursos de actualización de medicina, que antes no podía hacer por falta de tiempo y porque eran presenciales y ahora se dan en modalidad virtual. Puedo fortalecer esas cuestiones que de otra forma no podría hacerlo. Eso es sacar lo positivo de este momento», valoró la judoca.
Hacía cinco meses que no me entrenaba con contacto y estoy muy contenta con esta posibilidad de volver”
Paula Pareto
Pareto, médica traumatóloga, se entrena desde hace algunas semanas en una «burbuja sanitaria» diseñada especialmente en Santa Teresita, el lugar elegido por el Ente Nacional de Alto Rendimiento Deportivos (ENARD) y el Comité Olímpico Argentino (COA) para los entrenamientos. Antes, apenas hacía ejercicios físicos personales y adelantó las guardias médicas de todo julio en el hospital de San Isidro, donde trabaja.
«Nos estamos entrenando doble turno pero regulando las cargas después de tanto tiempo sin hacer judo. Subimos o bajamos la exigencia de acuerdo a cómo nos vayamos sintiendo. Hacía cinco meses que no me entrenaba con contacto y estoy muy contenta con esta posibilidad de volver, trabajando entre tres y cuatro horas y alternando ejercicio físico con judo específico», contó.
«Por ahora, no tengo ansiedad. Y la incertidumbre la voy manejando dando lo mejor que puedo cada día para estar preparada física y mentalmente cuando todo se vaya normalizando. Hay que ver cómo continúa el calendario de competencias, todavía no tenemos precisiones. Mientras tanto, como siempre, doy el ciento por ciento cada día. Trato de no gastar energías en aquellas cosas que no dependen de mí o que no puedo manejar», añadió.
Pareto fue bronce en los Juegos Olímpicos de Beijing 2008 y campeona en Río de Janeiro 2016 en la categoría hasta 48 kilogramos, con lo que se convirtió además en la primera argentina de la historia en alcanzar una medalla olímpica dorada.
Pareto fue bronce en los Juegos Olímpicos de Beijing 2008.
También fue campeona mundial en 2015 y ganó dos Grand Slam: Río de Janeiro (Brasil) 2012 y Ekaterinburgo (Rusia) 2019.
«A pesar de la postergación de los Juegos de Tokio para el año que viene, la motivación no se perdió. Solamente me queda un año más de esta vida médica y deportiva a la vez. Siempre creí que las cosas pasan por algo y si Tokio se aplazó para el año próximo, por algo será», adelantó.
Y, añadió: «Tampoco creo que se haya modificado mi nivel de exigencia. En toda mi vida siempre intenté dar lo mejor de mí, en entrenamiento, en competencia, en el estudio, en la medicina. En lo que decida hacer. En todo caso la pandemia es algo externo y el nivel de exigencia cada persona lo maneja internamente».
Pareto aseguró que esta coyuntura «deja la enseñanza de que no importa lo que el mundo externo te plantee, siempre queda en uno ver lo positivo y aprender de una situación como la que se vive actualmente».
«Creo que esto nos hace valorar más a todos la vida ‘normal’ que teníamos y no sabíamos ver. Aprender a disfrutar de muchas de esas pequeñas cosas. Saber que uno puede tener planes y pueden no salir como uno quiere, pero no existe un plan B. Esas son las cosas que debemos valorar cuando se normalice todo», concluyó.