por Raúl Casado
Imprescindibles para identificar a los contagiados y para conocer el estado inmunológico de un individuo, e incluso de una población, los principales tipos de test son ya parte del argot que se han popularizado a causa de la pandemia, pero no todos sirven para lo mismo.
A los ya populares PCR y “serológicos” se han sumado ahora los test “de antígenos” que se están abriendo camino como una de las pruebas diagnósticas más útiles y eficaces para hacer análisis a gran escala en grandes núcleos de población y de una forma rápida y más barata.
Cada uno aporta información diferente y son más o menos precisos según el estadio en el que se encuentra la enfermedad provocada por el SARS-Cov-2, según fuentes del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), de España, consultadas por EFE.
Son, según las mismas fuentes, imprescindibles para identificar a los infectados y tratarlos de una forma adecuada; para decidir su aislamiento y reducir la propagación del virus; para identificar a las personas que han estado expuestas al virus; para conocer el estado inmunológico de una persona; y finalmente para orientar las decisiones de las autoridades.
Previsiblemente, ninguno de los tres tipos principales de test existentes en la actualidad desplazará a otro, ya que cada uno de ellos aporta información diferente y útil y están dirigidos inicialmente a diferentes grupos de población o profesionales.
Tanto los PCR como los de antígenos se denominan test “víricos”, ya que detectan el material genético del SARS-CoV-2 en el momento de la infección, mientras que los serológicos detectan la respuesta del cuerpo humano ante esa infección y los anticuerpos que el sistema inmunológico del paciente ha sido capaz de producir.
Los PCR
Los ya populares PCR (del inglés Polymerase Chain Reaction – Reacción en Cadena de la Pilomerasa) detectan la presencia de una infección activa en el momento de realizarse la prueba, y el resultado se conoce generalmente entre 24 y 48 horas después de tomar la muestra, aunque en algunos lugares se están ya recortando esos tiempos hasta una hora.
Estos test (una muestra que se toma con un largo bastoncillo y algodón introducido por una de las fosas nasales) están dirigidos a personas con síntomas compatibles con la Covid; asintomáticos con sospecha de exposición al virus; o a profesionales de centros sanitarios, residencias de mayores o entornos laborales para favorecer una identificación temprana del virus.
Los PCR, que utilizan tecnologías muy diferentes según las empresas que los comercializan, permiten detectar el virus en las etapas tempranas y tienen una sensibilidad muy elevada cuando el paciente está sufriendo la infección, pero tienen que realizarse por personal muy especializado y no revelan si los pacientes han generado anticuerpos contra el virus.
Test de antígenos
Los test “de antígenos” que se están abriendo ahora camino y popularizando, son mucho más sencillos de realizar y utilizan tecnologías más rápidas que permiten obtener resultados, en algunos casos, en apenas 15 minutos, según las mismas fuentes del CSIC consultadas por EFE, que han señalado además su utilidad para hacer rastreos masivos.
Este tipo de pruebas, que detectan también la presencia del virus en el momento de realizarse la prueba, tiene además un coste muy inferior a las PCR, y aunque debe ser también realizada por personal sanitario no necesita laboratorio ni una instrumentación especial, ya que la muestra se extrae también con un bastoncillo al que se añaden unas gotas de reactivo (similar al test de embarazo) y el resultado aparece en muy pocos minutos.
Muchos investigadores han apuntado ya utilidad que este tipo de test, más baratos y sencillos, para detectar la infección en los estadios más tempranos de la enfermedad -cuando la carga viral es más alta- y los beneficios que pueden tener en los servicios de atención primaria al obtener resultados casi inmediatos, o para monitorizar de una manera prácticamente continua al personal sanitario, las residencias de ancianos o los colegios.
El test serológico
Las pruebas serológicas (a partir de un sencillo análisis de sangre) determinan si un paciente ha estado expuesto al virus y si ha generado anticuerpos que le pueden proteger contra una nueva infección, aunque de momento las evidencias científicas no han corroborado cuánto tiempo puede durar esa protección.
No proporcionan sin embargo información sobre si el paciente está sufriendo en el momento de la prueba una infección y si es por lo tanto contagioso, por lo que este tipo de test están recomendados para hacer estudios de vigilancia a nivel local, regional o nacional, para identificar a los individuos que ya han tenido contacto con el virus y como respaldo del diagnóstico que se realiza con los PCR o los test de antígenos.
Las principales agencias internacionales de salud han recomendado, según las mismas fuentes del CSIC, que los test serológicos se dirijan a pacientes que ya han sido diagnosticados con las PCR para respaldar así la evaluación clínica, a colectivos amplios que participan en estudios epidemiológicos y a individuos asintomáticos de colectivos amplios (empresa, residencias, universidades, etc) para realizar estudios de cribado.
EFE.