La Policía de la Ciudad realizó una serie de procedimientos en la zona con el propósito de eliminar nuevos puestos de venta ilegal.
Veinte personas fueron detenidas por resistencia a la autoridad y por incumplimiento de la ley de marcas.
De acuerdo con las primeras informaciones, siete de los apresados son de nacionalidad senegalesa.
Las detenciones fueron realizadas en el marco de varios operativos, en los que, según pudo saberse, algunos de los efectivos intervinientes no habrían cumplido con los estándares correspondientes para éste tipo de prácticas.
Un grupo de detenidos denunció que permanecieron hasta siete horas arriba de los patrulleros en los que fueron trasladados, sin agua ni alimentos de ningún tipo.
Representantes de los trabajadores senegaleses indicaron que las autoridades, al parecer, no habrían garantizado la asistencia de traductores desde el momento de la detención y mientras permanecieron privados de la libertad.
A partir de la intervención de la Defensora Oficial, la Fiscalía Penal Contravencional y de Faltas Nº 11 convocó a un intérprete. Recién en ese momento dos de los ciudadanos senegaleses pudieron comprender el motivo de la detención y los derechos que les asisten. El tercer vendedor de origen africano detenido, solo se comunicaba a través de un dialecto para el cual, no se disponía de personal para concretar la comunicación apropiada.